La decepción, la frustración, la humillación, el dolor y la melancolía son los principales estados que llevan a escribir. Pareciera entonces que escribir fuera una especie de masoquismo en el que uno despliega a través de un papel todas sus penas. Las suelta con la esperanza de que ese estadio cambie a uno sin más lagrimas, sin embargo creo que va más haya de eso.
Creo que escribir es un acto de liberación, un acto de soltura, un acto de desnudez, es el atrevimiento mismo a decirse a uno mismo este es mi problema hoy, ¿Qué voy a hacer con el?, es el animarse a enfrentarse a la realidad de la situación gris por la que se esta pasando, es admitir, si, que somos humanos y por eso de vez en cuando sufrimos, de vez en cuando lloramos, de vez en cuando nos auto decepcionamos un poco y de vez en cuando nos ahogamos temporalmente en soledad…
Pero también es el escribir ese acto que nos hace ver que ese estadio gris no puede ser para siempre y que tarde o temprano habrá que dar vuelta la página, y encontrarla en blanco dándonos una oportunidad de comenzar de nuevo, con la esperanza de que eso que antes nos lastimo, hoy nos hizo más fuertes.
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